Nada es casualidad en la vida.
Esta publicación coincide con el fallecimiento del Papa Francisco del que el mundo entero habla, lamenta, llora y despide como el "Pontífice de los pobres". Éste no es el punto, sino el disparador de "Una metáfora". La Prensa mundial se extiende al respecto con noticias, reflexiones, ideario,
La coincidencia ha radicado en el pensamiento del Sumo Pontífice que me interpela sobre la aventura en la vida adulta. Repasando el pensamiento del Papa Francisco, él ha dicho: "Sueña, vive, ábrete; siempre sueña".
Esa postura ante la vida; es decir, ser abierta, soñar, emprender nuevas experiencias, conocer, descubrir constituye parte de mi esencia personal.
De lo contrario, jamás hubiese podido ser periodista. El periodista busca, investiga, mira, observa, intuye, conceptualiza, estudia entre tantas características como tiene nuestra profesión.
Esta introducción viene a cuenta de haber tenido una interesante experiencia humana nacida de ese espíritu indagador, algunos dicen de aventura, de apertura a lo desconocido.
Cada experiencia es un nuevo aprendizaje y eso es justamente estar vivo. Siempre he pensado que los sueños son alas para volar. Y si no cruzamos la calle o levantamos alas, nos estancamos. Pero he aquí la reflexión que deseo compartir con ustedes (tal vez peque de ingenua) no todos los sueños ni decisiones valen. He aprendido a partir de una concreta vivencia, que hay un momento, una edad, una etapa para cada sueño o voluntad de descubrir nuevas cosas. De pronto me concientizo (escribo desde la sencillez del pensamiento) que, la adultez nos obliga a transitar caminos seguros y conocidos. Nos impone ponderación, menos audacia, y sobre todo mucha mayor atención a cada uno de nosotros mismos.
Las relaciones humanas son complejas. No digo nada original. Lo único que hace viable cruzar el puente para conocer nuevas personas es el respeto y la tolerancia. Ahora comprendo mucho más la importancia del pasaje del tiempo; el cambio que vamos experimentando. Ya no somos aquellos soñadores. Ya no tenemos la voluntad y el espíritu de nuevas vivencias ni la destreza de transitarlas fluidamente.
Una vez vivido nuevas "aventuras" lo primero que nace en mi es el agradecimiento por la confianza y por querer compartir. Los años marcan la historia personal. El camino individual es intransferible. El desconocimiento del otro en toda su magnitud es limitante a la hora de la expresión. Por qué? Porque hemos llegado a la edad adulta. Qué buena experiencia vivida y poder ahondar en este sentido.
Refrescar el alma, el razonamiento; ubicarme exactamente en quién soy y cómo soy. Aceptarme y quererme como soy. Escuchar con calma la opinión contraria y respetarla. No hay una única verdad. Hay tantas verdades como pensamientos existen. (Omito una reflexión teológica).
La personalidad descercada, amplia, permite entre otras cosas potenciar las vivencias y descubrir rincones que aún estando cercanos no nos hemos sentido motivados para descubrirlos.
Eso se agradece y se valora. Es el deseo del otro el que me lleva a sitios a los que pertenezco. Doy gracias! Y más por darme cuenta que también desde lo individual aún puedo caminar en solitario con mi calma y meditación. Me detengo en un lugar:
Les comparto un sitio que tiene su historia que, gracias a lo expresado, pude visitarlo. Un pueblo en el interior del Uruguay llamado Aigua; (
cuyas casas han sido restauradas y pintadas de diferentes colores a partir de un programa municipal.
En guaraní, "Aiguá" significa "agua que corre".
(Los guaraníes son un pueblo indígena originarios del Amazonas que se extendieron por nuestro continente sudamericano siguiendo los ríos en busca de tierras fértiles.
Se cree que grupos guaraníes habitaron Uruguay antes de la colonización.)
Desde la Plaza Principal de Aigua.
Típica arquitectura de nuestros pueblos del interior.
El lugar es como una joyita entre las sierras. Tiene además la particularidad no menor de haber sido fundado por una mujer: Margarita Muniz.
Margarita Muniz, es considerada la fundadora de esta localidad a partir de la donación de sus tierras las que heredó de sus padres en 1810. Tras su donación al Estado, se declara "Pueblo Aiguá" en 1906.
Margarita fallece en 1907 y su legado es hoy Patrimonio Histórico y Municipal de Maldonado, cuyo Departamento ha apostado por conservar el acervo y costumbres de época.
Visión general de la localidad.
Con vista panorámica de las sierras de Las Ánimas se llega a este poblado de Maldonado elegido en el número 10 del Ranking de los "Pueblos más lindos del mundo" por la Confederación Mundial de Turismo. Esta ubicación le ha dado a Aigua un sitial en la curiosidad de nacionales y extranjeros.
La paz de su pueblo, su gente y fisonomía lo hace un escaparate único y encantador.
"Todo pasa y todo queda..."
Queda la gratitud, el recuerdo, el bienestar del alma, y el autoconocimiento más profundo,
g.b
DD.RR