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lunes, 26 de octubre de 2020

ESTOS TIEMPOS...


Ya casi como que nos deslizamos hacia un final incierto. Un año que no resiste adjetivos. Habrá uno para cada persona; para cada situación. Dependerá de la resistencia y conformación  psicosocial de cada uno. Lo que deba ser generalizado tal vez sea la incertidumbre. Esa a la que el ser humano le tiene desconfianza y poca empatía. Es legítimo. Si hay algo que nos identifica a los animales racionales es la proyección con objetivos concretos. Digo esto y los niños me vienen a la mente, como los más complicados junto con los adultos mayores. Las personas jóvenes siempre se caracterizaron por el desafío a los tiempos y tempestades. Insertos en un mundo de paradojas y miles de preguntas, hoy deslizo libremente el pensamiento porque la necesidad de comunicación se hace imprescindible al tiempo que la mente y los hábitos comienzan a acostumbrarse a la nueva realidad.
La presencia física la hemos sustituído por  la vida online; a los seres queridos les recordamos con la compresión de no verles. Los encuentros se han cancelado. La vida del ser humano está ingresando a un terreno tan complejo que ya diferentes disciplinas como la Neuropsicología estudia sus efectos. Ignoro si las personas son conscientes de los cambios a los que estamos inmersos. Todo es tan rápido.
Los pensamientos corren. Mientras me voy acostumbrando a una nueva vida que no se como continúa...
A veces pienso que aquellos pensamientos, conceptos que concebíamos como válidos, hoy también se van modificando ante la imperiosa necesidad de sobrevivencia.
Escribir también se ha convertido en un ejercicio complejo. La avalancha de pensamientos llevan a una vida de lecturas internalizadas que hoy se hacen vigentes. Tanto para decir y poco para comprender.
Hasta el "próximo divague"

Graciela.


26 de octubre 2020