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miércoles, 21 de noviembre de 2012

SEÑALES

"Ella" ha aparecido. Repentinamente se manifiesta con el temor que en si misma genera. Aunque nos sepamos mortales; "ella" escapa a nuestra mirada diaria. Le perdemos de vista por defensa; por creer en el mañana; por ser los únicos animales racionales en tener esperanza, entre tantas ventajas de nuestra conformación mental.
De vez en cuando "ella" aparece. Quienes estamos en esta tierra, quienes estamos saludables y vivos, felizmente vivos; nos toca verla pasar, muchas veces. Nos enteramos de lejos, cerca, más o menos cerca o entrañable y dolorosamente cerca. Es humanamente posible y real. Vida y muerte; muerte y vida... tal, seguro algún poeta así lo habrá expresado.
Pero, cuando una tras otra noticia de alguien cercano muestra una afección importante de salud; sin caer en la exageración, dable es, (cuando se está en más de la mitad del trayecto de la vida recorrido), escuchar "una campana conmovedora". Al menos, esa campana suena con diferentes sonidos, interfiere en la vida de distintas maneras y abre interrogantes y expectativas tan diversas como la gran manifestación de diversidad que es la vida misma.
Y cuando esas señales aparecen, en una, dos, tres y más personas allegados a los afectos; las señales son escuchadas; la campana se hace más nítida. La atención se agudiza y con ella la preocupación.
Es ahí cuando cada uno de los relacionados, se manifiesta de manera desconocida hasta que esas señales hayan aparecido. He ahí la sorpresa, el conocimiento y la madurez de lo que antes hubiese sido inadvertido. Entrados en la adulta madurez, también se manifiesta la sorpresa. Importante expresión para sentirse vivo, pero que también abre nuevas interrogantes. Preguntas que van abriendo inesperadas respuestas para presentar al otro una faceta desconocida.
Puede venir el desencanto, la decepción, el dolor; de lo que uno creyó y no es; pero en todo caso, la madurez debe funcionar para equilibrar los sentimientos, las expectativas y sobre todo el respeto por dejar ser y hacer al otro, más allá de cuan solidario uno sienta querer ser.
Impresiona, en todo caso, no es lo que imaginé para los años adultos, que el individuo de este mundo de hoy se encierre en su caparazón de individualismo narcisista y no acepte la mano del prójimo; ni siquiera una leve caricia de acompañamiento.
Tal vez sea que en esta "sociedad del espectáculo" y de "show" no haya lugar y permiso para mostrar afecciones, dolor, sufrimiento... salvo el que ofrecen a diario los Mass Media en todo el mundo, pero claro... esos sufrimientos, los que aparecen en las grandes pantallas digitales y redes sociales, "son de otro mundo". "No nos pertenece". Tal vez eso sea lo que explique evitar compartir el dolor personal.
Me impresiona. Me alarma y me sorprende que ya estemos en esa etapa del desarrollo o "involución" del alma humana.
Y para concluir; cuando "ella" se manifiesta, le hablo y le pido que no es hora; que se vaya lejos, muy lejos y desaparezca; se transforme en energía positiva para más vida y mayor salud.
Qué así sea!

Hace tiempo que fueron expresadas estas palabras o fue volcado este sentimiento.
Hoy lo he retomado porque en este domingo gris, lluvioso, ventoso e inclemente, todo el país ha quedado impactado con la desaparición física por un infarto cardio respiratorio del Ministro del Interior Dr. Jorge Larrañaga. Un "blanco" de ley. Un  apasionado político del Partido Nacional, Partido gobernante que a los 65 años muere en plena actividad gobernante desafiando al delito organizado y con una gestión que ha sido reconocida por todo el cuerpo policial del país.
No recuerdo antecedentes; pero ayer con las sirenas prendidas los patrulleros policiales circularon alrededor del Palacio Legislativo homenajeando al Secretario de Estado, su máxima jerarquía.
Uno de los cargos políticos más difíciles para cualquier Gobierno. Lo ha reconocido el propio Presidente de la República Luis Lacalle Pou; "difícil de sustituir".
Una muerte que como todas, nos toma de sorpresa. Aunque "sean anunciadas", previsibles; aunque todos seamos mortales, siempre sorprende.
Es duro cuando se suman diariamente entre 50 y 60 personas fallecidas en un país de tres millones 300 mil personas (ahora seremos menos aún). Más de tres mil 700 vidas se ha llevado el Covid en el país. No puedo dar una cifra exacta ya que ésta se modifica con las horas. Terrible!
Así; "ELLA" se muestra todos los días sin piedad. Aquí y en el mundo.
La tragedia del Siglo XXI; es inconcebible que aún hayan personas que no lo comprendan. Será acaso, porque la Humanidad está cargada históricamente de tragedias y dramas de toda índole a lo largo de su existencia?
 La Pandemia por Covid 19 hace estragos y no da tregua a nuestro pequeño país.
No es un domingo cualquiera.
Los nubarrones en el cielo nos parecen estar confirmando todo el dolor que hay en este momento.
Retomar estas palabras vienen oportunas para  no olvidarnos de lo importante.
El "aquí y ahora".

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