¿DEL ASOMBRO A LA VIOLENCIA?
¿DEL SER AL TENER?
El ESTOICISMO nació en la antigua Grecia en el siglo III A.C fundado por Zenón de Citio, (Chipre, en ese tiempo antigua colonia helénica).
Uno de sus fundamentos se basa en la virtud; sosteniendo que ésta es el “único bien" y la sabiduría es la condición de todos los bienes. Sugiere que el ser humano debe imitar al universo en su equilibrio y que nuestro espíritu debe ser calmo, autocontrolado y disciplinado entre otras tantas definiciones.
La Filosofía estoica se extendió por el mundo grecorromano alcanzando su apogeo en los siglos II AC y II DC. Luego su doctrina se mezcló con el cristianismo, pues algunos de sus principios van de la mano con éste.
¿POR QUÉ TRAIGO ESTE TEMA?
Los actuales académicos y pensadores (con varias obras editadas; no los aburriré con nombres) están hablando de la violencia imperante y “la era del odio”.
Cada uno de nosotros (al menos a quiénes nos preocupa) nos preguntamos, reflexionamos acerca de ¿Cómo hemos llegado al actual momento histórico?. Tanto odio, desprecio, violencia...
La respuesta es muy compleja porque abarca un desarrollo de sucesos históricos desde que la Humanidad existe.
El mundo moderno empezó a ser otro desde las hambrunas, (Biafra) guerra de Vietnam, revolución femenina, la pastilla anticonceptiva, la minifalda, el éxtasis, la caída del Muro de Berlín, la Peretroiska, el desarrollo de China, las guerras en Oriente, etc, etc.
Me detengo un minuto en “la revolución femenina”. Es indiscutible el aporte social y cultural que esto trajo a la humanidad. Desde épocas remotas a pesar de que la mujer sólo cumplía el rol de ama de casa y de educar a su hijos; siempre fueron tejiendo hilos de transformación. Las virtudes de las mujeres: fuerza, entereza, intuición, sensibilidad, etc, han aportado riqueza en todos los niveles de acción.
“Qué nada nos defina. Qué nada nos sujete.
Qué sea la libertad nuestra propia sustancia”
Simone de Beauvoir
Haciendo la presente entrega, me sumerjo y asumo la complejidad del tiempo que nos ha tocado vivir. Venimos de un convulso pero rico siglo XX y estamos en pleno siglo XXI asombrándonos, cuestionandonos… por suerte!
“Nunca pierdas la capacidad de asombro” ( pensamiento atribuido a Einstein), porque ese día es haber muerto un poco.
También Platón habló del asombro, como la disposición primera del conocimiento y gracias a él llegamos a la verdad.
Hoy hay tantas verdades como sujetos que habitan el planeta, y varias respuestas para una pregunta. Cada uno quiere tener su verdad. Esta actitud va generando rispideces y confrontaciones; sin hablar de aquellos "que se sienten dioses". Todo se entrelaza; surgen las autocracias y la corrupción es la moneda de nuestro tiempo. Todo va conformando un tejido de final insospechado. Todo se vincula y he ahí el por qué de las presentes citas y referencias.
Con lógica pueden decir: guerras existen desde que se originó la humanidad; los ciclos sociales se abrieron y cambiaron, la historia es un camino, un proceso. Nada de lo que fue ayer es hoy. O en todo caso, es diferente.
La modernidad y más aún la post modernidad le ha exigido al ser humano un nivel de competencia y rendimiento sin igual. El valor del ser pasó al valor de tener, el valor de la ética se convirtió en el éxito. “Sin éxito no existes”. Potenciado por el mundo de imágenes en el que estamos insertos, si “no aparecemos”, si no nos mostramos “no existimos”. Si no usamos redes, tampoco.
"Debe comprenderse la ética, con mucha grandeza e independencia, si se desea explicar de modo taxativo el valor de los hechos del hombre". ("El fundamento de la moral" de Arthur Shopenhauer)
Desde el presente siglo XXI la capacidad de asombro se va debilitando. El mecanismo de defensa al horror es la indiferencia y la necesidad de sentirse feliz siempre. Se niega el dolor o se subestima; pero sentir felicidad en estado permanente es totalmente inviable.
¿Qué es la felicidad? Jorge Luis Borges (escritor argentino que admiro) dice: “Buscar la serenidad me parece una ambición más razonable que buscar la felicidad. Y quizá, la serenidad sea una forma de felicidad”
La globalización que, según algunos geopolíticos ya no será como la conocimos, está en plena transformación; trajo cambios de hábitos y costumbres considerables. Menciono uno que es visiblemente impresionante: los viajes por el mundo. El movimiento de público por estaciones y aeropuertos es cada día más numeroso. Las personas con poder adquisitivo utilizan su espacio de ocio o vacaciones para viajar y descubrir nuevos destinos. Esto ha traído multiplicidad de interacciones. Luego de la pandemia del coronavirus explotó la necesidad del espacio abierto, explotó la necesidad de diversión; pero al mismo tiempo se produjo un exponencial nivel de confrontaciones y hostilidad (femicidios, muertes por "cobro de cuentas", peleas en la vía pública o lugares públicos, atropellamientos, matanza en colegios...)
Desde el estreno en la Plataforma Netflix de la serie “Adolescencia” no ha habido un medio de Prensa que no aborde el tema de la violencia en los adolescentes y jóvenes. La serie nos interpela como personas, padres, amigos o como comunidad toda.
El tema disparó mil preguntas, culpas, opiniones, al tiempo que tras su impacto ya casi no se habla de ella.
Exactamente este fue el punto que me llevó a pensar ¿POR QUÉ AHORA SE HA PUESTO “DE MODA” EL ESTOICISMO”.
Al recorrer lecturas varias, documentales y otros contenidos entiendo que el estoicismo ha regresado como una “píldora sanadora".
Para ello urge autoconocerse, detener el vértigo sin olvidar lo contemplativo; como dijo Séneca: “El hombre más poderoso es el que es dueño de sí mismo”.
Esto ha empoderado al individualismo; desvirtuando la virtud de conocerse a sí mismo, condición indispensable para poder convivir armoniosamente con los demás.
Me pregunto qué piensan los jóvenes? ¿Qué sienten?
Por lo pronto, por referencias profesionales lo que más sobresale en términos generales (obviamente la excepción confirma la regla) es la soledad de los jóvenes, miedo, incertidumbre, falta de rumbo y su escaso diálogo con sus padres, cuando éstos existen.
Con este panorama hay poco margen para el optimismo, salvo por las muestras de solidaridad, piedad de personas u organizaciones ante quienes sufren, y por los avances científicos que van en dirección opuesta a quiénes se guían por la piqueta de la destrucción.
La eterna lucha del bien y el mal.
Pero como dijo el escritor español Arturo Pérez Reverte: “afortunados por estar aquí y observar los cambios que se están produciendo constantemente”.
Si el regreso del Estoicismo ha venido para dar un poquito de espiritualidad valorando virtudes, tal vez algo nos está anunciando. Tal vez sea otro cambio histórico cuyo proceso resulte en algo más venturoso para la humanidad toda.
DD.RR