Buscar este blog

sábado, 26 de diciembre de 2020

CELEBRAR LA VIDA!



"Las Fiestas tradicionales" así ligera y generalmente denominadas: Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo, fueron para mí siempre una movilización de contradicciones. De niña no comprendía la razón de celebrar con comidas especiales, máxime, a excepción del cordero a la parrilla, casi un rito en manos de mi padre que, rodeando el fuego con una copita y mate se hacía una verdadera velada espiritual con su conversación y cariño. Estando nosotros, los uruguayos en plena estación estival, no encajaban en mi mente, pero sí en el paladar, los turrones, pan dulce, y toda la carga de calorías propias de las tierras de Santa Claus donde allí sí ameritan para sortear las gélidas temperaturas y cruzar caminos entre carreteras y bosques nevados. Pero nosotros?

Con esa imposición tradicional sin que nadie, ni siquiera la mínima formación teológica y religiosa pudo sacarme la duda, continué creciendo.

Mi sentir siempre se dirigía a lo que sí aprendí: Celebrar el nacimiento de Jesús. 

Por qué? Tan importante cómo la gran razón de nuestra civilización. Porque más allá de la creencia dogmática, de la fé o hasta del propio ateísmo, Jesucristo cambió la Historia de la Humanidad. El Cristianismo vino para decirle al Hombre para qué estamos en este mundo y cuál debe ser el camino en nuestro libre albedrío. Es el renacer del Hombre.

He aquí que el ser humano en algunos casos se aparta de su verdadera esencia y se gana de fallas, errores y acciones desastrosas. La codicia, la ambición, la maldad, es propia de las criaturas mortales; somos los únicos animales despiadados con poder de razón. De esta manera la lucha del mal y el bien es tan vieja e intrínseca a la especie humana, como desde su creación. 

La persistencia de mis dudas, buscando aquel significado cristiano me llevó un día, ya cuando la familia por destino fue siendo menos numerosa proponer concurrir a la Celebración conocida como "Misa de Gallo". Recuerdo hasta hoy mi paz; aquél momento en la Catedral de Montevideo con cánticos, armonía y oración. Allí estaba el sentido; el encuentro con lo más profundo; con el amor. -"Denos la mano"!. El otro, un hermano. Eso es exactamente!

Eso que en esta post modernidad está algo olvidado.

Hoy, en este 2020 volví a tener la confluencia de la duda. Qué festejamos? Por qué hay qué reunirse más allá de los nuestros? Por qué ante tanto dolor sobre la tierra pululan fuegos artificiales, espumosos champagnes en una descomunal abundancia en tiempos de desempleo, hambre, penurias, guerras y ahora Pandemia con millones de personas muertas?

Acaso no ha llegado el tiempo de otorgarle a la NAVIDAD el lugar y significado verdadero?

El Hombre se ha alejado tanto de su propia razón de ser que tal vez, el aislamiento y limitaciones al que hoy nos debemos para preservar la vida, ha llegado para centrarnos en lo trascendente, en lo que realmente es importante. Tal vez sea la fuerza suprema (para cada uno tendrá un nombre) la que nos esté llamando a rescatar el potencial constructivo de nuestra especie. Tal vez era necesario a pesar del altísimo costo.

Llegamos a una nueva NOCHEBUENA y otra NAVIDAD.

Mi corazón me dice que no hay mejor celebración que dar gracias por la vida, por contar con seres que queremos y nos quieren, por cada mano extendida, por tener sensibilidad frente al que sufre, por no perder el criterio ni la razón, por estar lúcido, por gozar con las pequeñas cosas, por emocionarnos con una sinfonía, una flor, una palabra. 

Doy gracias por haber dado luz de vida, por la hija que traje al mundo, por los viejos y nuevos amigos; por ser y estar. Por buscar siempre mejorar como persona.

Ponle el nombre que te dicte tu fe; hoy comprendo, ya mayor pero nunca tarde, que la NAVIDAD es la celebración de la vida: "Amaos los unos a los otros" y como dijo Jesús: -"Padre, perdonadlos".

Basta un bocado en la mesa con los seres queridos para decir GRACIAS!! En la sencillez está el verdadero sentido para llegar a nuestra esencia humana.

Y si hoy no podemos estar físicamente juntos con nuestros hijos, hermanos, padres; lo estaremos desde el alma, donde está la mayor profundidad de espíritu de amor y comprensión.

Entonces sí, desde lo profundo digo: FELIZ NAVIDAD! QUÉ EL AMOR ESTÉ ENTRE NOSOTROS COMO EL PILAR DE NUESTRAS VIDAS.

Y ahora ya viene llegando un NUEVO AÑO! 

Un 2021 que podemos, sin temor a equivocarnos ni pecar de pesimistas ni dramáticos, que nuevamente nos pondrá a prueba. 

Fortaleza, entereza, paciencia, 

solidaridad, humanismo y 

responsabilidad deberán constituir los sustantivos y valores que nos asistan.

Hasta la próxima!!



SEGUIMOS...


 

jueves, 17 de diciembre de 2020

"FRASES HECHAS" CON SENTIDO.

 


250 AÑOS DEL NACIMIENTO DE UN GENIO.

 Cosas de la tecnología que también tiene sus "berrinches".

Desde la nochecita del 16 estoy queriendo publicar lo que sigue.

Digo esto, porque debía ser ayer 16 de diciembre.

Ya te darás cuenta la razón.

Veamos ahora, si es cosa de "miércoles" y finalmente puedo honrar a uno de los genios de la música universal que, al menos en mí despierta una pasión y emoción intensa escuchar

Un día como hoy en Bonn, Alemania, pero de 1770 nacía Ludwig van Beethoven.

Todo estaba programado en Alemania para celebrar este magno acontecimiento. Personalmente tenía la ilusión de vivirlo directamente; in situ. Desde el año pasado Alemania venía programando varios conciertos y actividades para homenajearlo. El Programa era una tentación.

Una maldita Pandemia nos ha aislado; pero siempre podremos maravillarnos con la inmensidad de la obra del célebre compositor.

Beethoven elevó la música a una forma de arte. Sublime. Grandiosa.

"Un compositor de imponderable imaginación, pasión y poder, se formó durante una época de agitación política marcada por las Guerras Napoleónicas".*

Su sufrimiento y penurias familiares no obstaculizaron el desarrollo de su creación que, insensantemente escuchaba en su mente. Él mismo lo manifiesta en la carta dejada a sus dos hermanos en 1802 en la localidad de Heiligenstadt, donde había ido para recuperar la salud.

En el documento conocido como el Testamento de Heiligenstadt él expuso toda su alma y sus pensamientos más profundos, abordando cómo lo asediaba la sordera y cómo eso explicaba su comportamiento errático.

"... hace casi seis años he sido golpeado por un mal pernicioso que médicos incapaces han agravado" escribió, detallando como se ha visto obligado a aislarse, a "vivir lejos del mundo, en solitario".

"Debo vivir como un proscrito. Si me acerco a la gente, me atenaza en seguida una angustia terrible: la de exponerme a que adviertan mi estado".

Ah, ¿cómo podría aceptar una enfermedad en el único de los sentidos que, en mi caso, debe ser más perfecto que los otros, un sentido que antes poseía en la más alta perfección, una perfección como pocos en mi profesión han gozado? Oh, no puedo hacerlo, y por ello os pido que me perdonéis cuando veis que me retiro, pese a que hubiera estado encantado de unirme a vosotros. Y mi desgracia es doblemente dolorosa porque estoy destinado a ser mal comprendido: no puedo sentirme relajado con mis semejantes, no puedo asistir a cultas conversaciones, no puedo participar en el mutuo intercambio de ideas. Solo, completamente solo, no entro en la vida hasta que me lo exige una necesidad imperiosa; y debo vivir como un proscrito. Si me acerco a una tertulia, el miedo de que puedan advertir mi estado me sobrecoge con una angustia espantosa. […]”

“Sólo mi arte me ha detenido. Oh, me parecía imposible dejar este mundo antes de haber creado todo aquello que soy capaz de crear; por ello he decidido prolongar esta miserable existencia, en verdad miserable para un cuerpo tan sensible que cualquier cambio súbito puede precipitarlo del mejor al peor de los estados. […]”

Y luego agregó:

“¡Con qué tristeza me despido de ti, Heiglnstadt* [sic], con qué tristeza! La amable esperanza de cura que aquí me trajo, o al menos de alivio, debe morir del todo. De igual manera que las hojas del otoño caen y se marchitan, mi ilusión se me ha secado. Me voy casi como vine. El mismo esforzado valor que a menudo me socorría en los días bellos del estío se ha desvanecido del todo ¡Dios mío, concédeme, por una sola vez, un día de alegría! ¡Hace tanto tiempo que el profundo eco de la alegría verdadera me es desconocido! ¡Oh, cuándo, Señor, cuándo podría yo oírlo en el Templo de la naturaleza y de los hombres. ¿Nunca? ¡No! Esto sería demasiado cruel.”

Beethoven continuó componiendo eligiendo por excelencia al piano. Para ello, se valió de la ayuda de diversos dispositivos que le mejoraba la audición y así escuchar su música amplificando el sonido. Genio hasta para recurrir a una solución a su sordera. Compuso de acuerdo a su homologación 138 obras. Luego de su muerte fueron publicadas como suyas otras 205 más.

Su obra, su música es conmovedora, estremecedora.

En mí produce elevación de espíritu y energía. Siento la pasión y me es absolutamente imprescindible escucharle.

No en vano compuso una "oda a la alegría".

* Localidad ubicada en los alrededores de Viena.

Fuentes:

* William Márquez, BBC News Mundo.

Biblioteca y colección personal.

16 diciembre 1770 - 26 marzo 1827



viernes, 4 de diciembre de 2020

REGALO DEL CIELO...

 

Quiero que te inspire.

Esta imagen que guardo en mi archivo, hoy se rescataba gracias a la memoria automática.

En tiempos inciertos, miedos, soledades, pérdidas,...la miro y es como una bendición!

Así este diciembre confluye dentro de la necesidad de sentir cercanía, afectos, recuerdos. 

Por tradición el Árbol Navideño lo realizaba cada 8 de Diciembre.

Este año 2020, marcado por una cruel "guerra con un enemigo invisible" (Covid 19) ya luce en la sala mi adorno de Navidad. Sentí prontamente el deseo de tener conmigo el espíritu navideño. La luces iluminan y tornan cada día un caleidoscopio de esperanza.

Por qué otra cosa es la Navidad que el renacer del espíritu y el amor a la vida.?

El amor al prójimo y la conciencia de pertenecer a un Universo.

Es lo que siento.

Lo comparto. 

Cada uno tendrá su sentir particular.


4 de Diciembre 2020