Podría decir muchas palabras.
Pero estamos necesitados de hechos, fraternidad, tolerancia y solidaridad.
Y de buenos deseos también.
Las preguntas son mi esencia. Dediqué más de treinta años al Periodismo en radio y televisión. La Comunicación hace al entendimiento entre las personas. La Información es también conocimiento y fuente de valores cuando se procesa con ética y honestidad. Con lenguaje llano me gusta llegar al interlocutor. Cuando la inspiración llega doy descanso a la realidad y me sumerjo en un espacio espiritual como es escribir poesía. No me considero escritora y menos poeta. Escribo, desde que tengo memoria.
Podría decir muchas palabras.
Pero estamos necesitados de hechos, fraternidad, tolerancia y solidaridad.
Y de buenos deseos también.
El mundo cristiano e incluso el de otras órdenes de fe celebran Nochebuena y Navidad reunidos, con cánticos o con oraciones.
Hemos llegado a una nueva Navidad.
Nunca como en esta oportunidad me ha costado tanto decir; "Felices Fiestas", o Feliz Navidad.
El horror y el desastre humanitario del que estamos siendo testigos nos interpela, nos llena de preguntas, cuestionamientos y vicisitudes.
Qué festejamos?
Sí tenemos claro que celebramos el advenimiento de un nuevo año. El 2023 ha corrido como saeta.
Me resulta difícil abstraerme de imágenes de dolor. Por todos los rincones del mundo hay mucha angustia. El libre albedrío que dispuso el "ser Superior" no ha sabido ser concebido por algunos seres humanos; cada vez más deshumanizados. Ya lo decía el Psicoanalista y Filósofo Eric From (Alemania 1900): "Si la gente no se da cuenta de la dirección en que marcha, despertará cuando sea ya demasiado tarde y su destino haya sido sellado irrevocablemente". El filosófo percibió la forma en que el hombre se debilitaría al volverse esclavo de la máquina (hoy se suma la tecnología) y a causa del constante aumento de su codicia. Los ejemplos saltan a la vista.
Así pues; elijo recibir esta Nochebuena y Navidad con mi hija en la paz del hogar en torno a la mesa que afortunadamente podemos disfrutar. He elegido enviar mis saludos con los mejores deseos y en ellos el recuerdo que me representa cada destinatario por afecto y cariño; así como quiénes de una u otra manera han estado en el camino de la vida.
También he elegido saludar a cada uno de quienes siguen este humilde rincón de la palabra y comunicación. Y a cada uno que gusta abrir esta publicación buscando que significa el "sentido de las cosas".
Permítanme saludar muy especialmente a mis amigas Laura, Lucía, Ingrid, Angie, Enca, Amalia, Noelia, Citu ("enamoradadelasletras), Rossana, bread&salt y Albino; quienes en cada publicación les encuentro con su dedicado comentario. Gracias amigos. Por ustedes continúo escribiendo; me hace feliz.
Deseo que en estas fechas tradicionales les acompañe con salud la paz, el bienestar, el amor entre los suyos, brindando con la esperanza una vez más por un mundo mejor. La esperanza nunca muere; es la condición humana que sobrevive a toda catástrofe.
Hoy he visto imágenes del infierno aquí en la Tierra. Nunca imaginé que volvería ver niños agolpados con sus tachitos abollados gritando detrás de vallas pidiendo un bocado de comida. Creía que sólo lo había visto en fotografías estudiando Historia.
Pero NO!. Hay cerebros que se sienten Superiores. Enfermos de narcisismo y avaricia de poder destruyen vida en la tierra.
Absolutamente imperdonable. Que no me vengan con discursos políticos; con interpretaciones doctrinarias. La vida humana se concibe sólo de una manera; sea cuál sea su doctrina de fe, idea política, etc.
Es en ese contexto que este 24 y 25 celebraremos el día que nació el "Niño Dios" y con él la fe y esperanza de un hombre nuevo.
Ojalá ese "Niño Dios" o la "energía superior" que nos trascienda pueda tener el absoluto poder de frenar la ambición desmedida de quienes dirigen pueblos en nuestro planeta tierra. Ojalá (me temo que me quedo con la esperanza) haya un hilo de luz e ingresemos a un Nuevo Año 2024 mejor aspectado, más próspero, sin hambrunas ni violencias. Ojalá la maldad no fuera banalizada al nivel de naturalizarla y olvidarse del bien. Ojalá que el odio que habita en algunas almas que los lleva a cometer los más horrorosos crímenes puedan convertirse en seres de bien. Me temo que peco de inocente. La maldad es tan histórica como el hombre mismo.
Quienes vivimos en paz somos afortunados; muy afortunados.
Bendita la vida!
Ella abre la puerta para celebrar cada nuevo año!