Hoy ha amanecido como la mayoría de estos días de setiembre, nuboso, húmedo y fresco. Los árboles aún están con signos invernales. No obstante las golondrinas que cumplen su ritmo biológico ya emigraron y por aquí vuelan y trinan para alegría de mi corazón.
Nos rodea el Río Uruguay (Límite con la hermana República Argentina), el Océano Atlántico y la gigante República Federativa del Brasil.
Algunos de ustedes me ha manifestado desear conocer esta tierra. Esta es la razón de la publicación de hoy. Al mismo tiempo para celebrar junto a ustedes, fieles seguidores, la llegada de la estación que tanta alegría conlleva. A decir verdad, creo que tiene más fama y simbolismo que su realidad misma.
Será porque personalmente amo el otoño. La primavera si bien arriba con florecimiento, también en el Uruguay, se agita el viento persistente.
En un país de llanuras, sierras y muchos ríos, arroyos y costas oceánicas, claro que las temperaturas cálidas de esta estación, elevan el espíritu; la pesadumbre y melancolía tan propia de nosotros los uruguayos (disculpas si discrepan conmigo) se va esfumando convirtiéndose en animosa actitud.
Uds. han llegado y han conocido mis poemas. En la versatilidad y espíritu de búsqueda y curiosidad, hoy vengo con otro perfil. Como ya les he expresado; no siempre estaré aquí con poesía.
Hoy la poesía llega de una grande de las Letras Hispanoamericanas. Designada como la "Juana de América"; Juana Ibarbourou, (para nosotros; "nuestra Juana") es una poeta uruguaya que trascendió fronteras y posee un sitial preponderante en la Literatura nacional.
Cuando meditaba qué escribir sobre la primavera; vino Juana a mi mente.
Nacida en la ciudad de Melo el 8 de marzo de 1892, amiga de García Lorca,, Pablo Neruda, Juan Ramón Jiménez, entre otros, en 1938 mantiene un encuentro público con Gabriela Mistral y Alfonsina Storni, con quienes conforma la trilogía lírica de América Latina.
Desde la Biblioteca, he aquí para ustedes y dedicando a renacer el alma en estos tiempos de incertidumbre, miedos, dolor, pérdidas, desencuentros, locura, etc. que al mismo tiempo se cruzan con otras almas que apuestan al amor, la calma, serenidad; desafían con integridad SER!
"Como la primavera"
En el norte los ocres; aquí en el sur, la gama de colores puede ser tan variada como la Primavera decida.