COMO UNA SÍNTESIS DE AMÉRICA LATINA

 En junio de 1980 visité México por primera vez.

Sin temor a ser exagerada; me enamoré de ese país.

Luego de 41 años y a pesar de su dura realidad de violencia y "otros males", mi opinión no ha cambiado; sigo amando México. El país de contrastes por excelencia. Además, nobleza obliga, allí conservo afectos muy importantes.

 Y por honestidad también os digo:  Yo me admiro de la diversidad. Así que por supuesto, me maravillo con cada país que he conocido. 

Hoy no me trae aquí hablar de datos, ni visión socio política. Tampoco contar un viaje. La anterior confesión viene a cuentas de compartir algunos fragmentos de un artículo que en esa ocasión escribí para la Revista cultural sudamericana "Entrevero" de la ciudad de México, gracias a la invitación de su Editor Responsable Elba Esmoris Valcada a través de la colonia uruguaya allí radicada. 

 Tal vez sea este tiempo de pandemia el que nos lleva a hurgar en recuerdos y archivos. También es una manera de conservar universalmente una mirada personal ahora que la tecnología nos lo permite.

Foto: Río Uruguay a su paso por el Departamento de Río Negro.

Ignasi Rovira.

En aquél entonces escribí; 

"La vastedad de la costa oceánica uruguaya cobra una dimensión espiritual cuando un uruguayo se traslada a la ciudad de México. Allí no hay costa;  allí se extraña la brisa del río y del océano.

 Este inmenso, rico y contradictorio país es en tanto latinoamericano la síntesis de todos los latinos; y es también, como ambivalente con mayúscula, la antítesis del uruguayo.

 La placidez y dinámica como sello de contraste se traduce en el ser cotidiano del D.F; (hoy sólo Ciudad de México) el fervor y apasionamiento del uruguayo debe aplacarse para poder sobrevivir en tierra azteca".

 "Entrevero", una publicación que recoge el sentir de un pueblo que habita la tierra más al sur de Sudamérica... (Hoy debo aclarar que no somos los que estamos más al sur; pero en ese momento, allá en el norte, así me sentía).

Ese año, "Entrevero" celebraba sus siete años de existencia. Su cuerpo editorial quiso que reflejara algo del ser nacional. No me resultaba fácil, tampoco ahora, traslucir la idiosincrasia nuestra en un país como México.

En esa ocasión, en un sitio de Coyoacán, una de las Colonias más hermosas y atractivas de la capital mexicana, tuvo lugar un encuentro de compatriotas radicados en ese país.

Escultura en plaza de Coyoacán (Coyotes); corazón cultural de la capital azteca.

"Lo típico uruguayo estuvo allí presente: el esfuerzo para lograr los objetivos, el empeño solitario en las grandes cosas, y al mismo tiempo el apoyo a través de la mano amiga, la escasa asistencia institucional para plasmar proyectos de largo alcance, la pasión y la convicción por las cosas en que se creen y se defienden".

(Hoy a 41 años, si bien se ha progresado y mucho ha cambiado desde los años 80, se continúa requiriendo más apoyo presupuestal de parte del Estado para la educación, la ciencia, la tecnología e innovación).

  En dicho encuentro, "con una copa del mejor vino, junto al sonido de tambores, conjugó con estilo uruguayo la unión de nuestra tierra y nuestra gente, con otra, que ni tan parecidos ni tan diferentes, demuestran que el intercambio cultural es posible".

"La Revista Entrevero en México se convierte en una embajadora de lujo de nuestro ser nacional, costumbres, noticias y conocimiento de personalidades de nuestra cultura".

 "Cumplir siete años lleva consigo un significado especial; este aniversario deberá servir, para la Revista y todos quiénes la hacen posible, como un eslabón más para crecer  continuar en su camino de difusión y comunicación social".

La carpeta de mesa es artesanía textil mexicana.

Luego de ese viaje; otros vinieron.

Como titulo esta publicación; bien puede definirse como la "síntesis de América Latina". México tiene todo. 

Da mucho dolor la situación de violencia que se vive y respira. No obstante, su fuerza, empuje, cordialidad, cultura, con raíces indígenas profundas e intactas, paisajes alucinantes, playas paradisíacas, reliquias de la cultura azteca, maya, teotihuacana, etc., museos, librerías de las cuales no dan deseos de salir, gastronomía como una de las más exquisitas y creativas del mundo, desarrollo (y pobreza visible); progreso, modernidad, ciudades magníficas con un sello colonial inequívoco y una capital cuya inmensidad con más de 22 millones de habitantes, más la población flotante, lo convierten en un país digno de ser conocido.

México asombra hasta el más indiferente.

Fotografía propia.

2017

Derechos Reservados.

DD.RR